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Este Domingo 14 de septiembre se celebró en Sueca el “Concurs Internacional de Paella Valenciana”, un concurso destinado a encontrar el cocinero que mejor sabe entender la paella valenciana, y cocinarla a la perfección.

Sueca es un municipio de la provincia de Valencia que cuenta con alrededor de 30.000 habitantes. Es la capital de la Ribera Baja y tiene una economía fuertemente basada en la plantación de arroz. El paisaje que ofrece esta ciudad es, como describió para la cadena SER el representante de los equipos japoneses que participaron en el concurso, como una isla en un mar de arroz. Utilizaba esta expresión al recordarle a los grandes y extensos campos de arroz de Japón, y de hecho, es esto lo que ha conseguido hacer de este concurso algo verdaderamente internacional, al compartir las culturas, las formas de expresión y el paisaje que ofrece la tierra; y todo ello a través de uno de los símbolos de España, la paella.

El concurso tenía unas bases muy claras. Los ingredientes de primera calidad, fueron entregados por la organización del concurso a los 35 equipos en las mismas condiciones. Todos los equipos contaban con los mismos utensilios y los mismos ingredientes, y es que en este concurso no se trata de crear una nueva receta de la paella valenciana o una reinterpretación añadiendo un ingrediente novedoso. Se trata de, con las mismas condiciones, receta y utensilios que todos, lograr la mejor paella valenciana del mundo. A diferencia de las anteriores ediciones, se han realizado cambios, y este año los concursantes disponían de un utensilio extra: una barbacoa para controlar mejor la leña y el fuego y poder resguardarlo del viento. Los organizadores declaran que todos los años se esfuerzan por favorecer a los concursantes con el fin de que tengan resultados aún mejores.

En las bases del concurso publicadas por el Comité Organizativo del Concurs Internacional de Paella Valencia se podía leer como cada equipo debía cocinar 15 raciones de paella con la receta confeccionada por el mismo comité. Asimismo, también indicaba la hora de inicio del concurso, las 10:30 de la mañana. Y fue a esta hora cuando ya estaban los primeros equipos preparando los ingredientes que debían utilizar para la elaboración de la paella.

En el concurso había entre los 35 equipos, además de los 23 españoles, 4 provenientes de Australia, uno de Alemania, uno de Inglaterra, 2 de Francia y 3 tres de Japón. El restaurante Soleado, de Sagamihara; el restaurante El Lagar, de Kawagoe, que ya había participado en otra ocasión; y el restaurante Bar España, de Sapporo, el primer clasificado en la semifinal celebrada en Japón. Todos ellos ya estaban limpiando las verduras y la carne desde el primer minuto.

Puede pensarse que con los mismos ingredientes y la misma receta el resultado de las paellas acabe siendo muy parecido. Pero no es esto lo que realmente ocurre. Hay varios factores que determinan que una paella se cocine mejor que otra. Se podía observar como el restaurante El Lagar, venido de Kawagoe, separó desde el principio la leña que iba a utilizar en tres montones: uno de ramitas pequeñas, otro de ramas más gruesas y otro de troncos pequeños. Asegura el chef de este restaurante que «el paso más difícil en la elaboración de la paella es el control del fuego» y también habla de la paella valencia como «el plato español más famoso en Japón», al preguntarle por el secreto para hacer una buena paella, dice que es «hacerlo de una manera educada». En Japón, al oír la palabra “España”, se relaciona de forma inmediata con la paella. Es un importante vehículo de transmisión cultural de España. Algo que se materializó de forma clara en este concurso internacional.

Una hora después del comienzo del concurso, había equipos que ya habián comenzado a freír el pollo. Sin duda, otro de los factores distintivos de cada restaurante era su particular ritmo. Los restaurantes españoles, muy experimentados en la elaboración de este plato, poseían un ritmo confiado y al mismo tiempo veloz. En esto también destacaban los equipos japoneses, que delatando el país y la cultura de la que procedían se tomaron el proceso con mucha calma. Incluso llegaron a empezar a encender el fuego hasta una hora más tarde que sus compañeros, que ya estaban terminando de prepararse para añadir el arroz. Esta tranquilidad les ayudó a realizar correctamente todos los pasos durante la preparación del plato, como la colocación de los ingredientes sobre la temperatura adecuada, gracias a un buen control del fuego y la leña. El ritmo que cada equipo llevaba; cuanto tiempo empleaba para cada tarea, era algo completamente único y lo que más distinguía a cada uno.

Tras la preparación de la paella preguntamos a cada uno de los tres equipos japoneses sobre el concurso. El equipo del Restaurante Soleado respondió: «Es la primera vez que participamos y ha sido una experiencia muy divertida y productiva. Quizá el arroz salió un poco duro en nuestra paella. Tenemos que mejorar». Los chefs del equipo del Restaurante Bar España: «Lo hemos hecho lo mejor que sabemos y creemos que hemos podido hacer una muy buena paella. De todas formas, somos conscientes de que no es fácil superar a los cocineros españoles en la preparación de una paella, pero lo seguiremos intentando para algún día ser el número uno del mundo». Y el equipo del Restaurante El Lagar: «Hace nueve años que no venía a este concurso. Mi mujer ganó el segundo premio en la edición del 2002 o 2003 y para mi la última participación fue en 2005. No veníamos a España desde hace algunos años, pero nos lo hemos pasado muy bien. Creo que hemos podido hacer nuestra paella de siempre».

El evento fue de un gran interés para toda la población, en el que todos disfrutaron. Tuvo un público estimado por la organización de 5.000 personas, que quedaron sorprendidas por la internacionalidad del concurso y estuvieron muy contentas de la celebración de este acontecimiento en su ciudad, Sueca. En el momento de trasladar las paellas al salón donde alrededor de 500 invitados las probarían y sucedería la entrega de premios, el ambiente se animó gracias a la colaboración de una pequeña orquesta y numerosas bailarinas vestidas de forma tradicional que bailaron con música folklórica.

Ya en el salón se procedió a la entrega de los premios. Cabe mencionar la sorprendente obra que utilizaba una paellera y sus colores para ilustrar a Sorolla, autoría de Teresa Roig. Se comenzó entregando unos galardones honoríficos a personajes que habían contribuido a la expansión de la cultura valenciana y de la paella, los Paelleros de Honor: Francisco Pérez Puche, Francisco Contreras Alvarado y Jorge Bretón Prats. Y tras ello, se procedió a entregar un galardón conmemorativo por la participación a todos los equipos concursantes. Las autoridades, encabezadas por el alcalde de Sueca, dieron un breve discurso; Y se empezaron a entregar los premios.

Primero se otorgaron unos bonitos pergaminos como los certámenes a 5 paellas que merecían una mención a pesar de no ganar el premio: Sah Modern Mediterranean, de Adelaida del Nord, Australia; La Loca Bar Tapas, de Bonn, Alemania; el restaurante Saint Georges, de Narbona, Francia; el restaurante Óscar, Calp y el restaurante Casa la Pepa, Valencia. Y en ese momento se procedió a la entrega de los tres primeros premios. El tercero para el Hotel Hospes Palau de la Mar, Valencia. El segundo para el restaurante Casa Pepe Sanchis, Córdoba. Y el primer premio para el restaurante Miguel y Juani, L ‘ Alcúdia. Estos premiados aparte del pergamino y una suma económica, también recibieron unas medallas, de los clásicos metales preciosos oro, plata y bronce.

Las medallas estaban diseñadas por el artista japonés Kazu Umeda, un artista ecológico que realiza sus obras reciclando materiales desechados. Eran cortesía de la Japan Paella Association, la organización que coordinó la semifinal celebrada en Japón y que también estaba presente en este día.

Queremos dar las gracias a todos los equipos que han participado, y en especial a los tres equipos japoneses. Muchas gracias por todo su esfuerzo y por seguir compartiendo su cultura; y su visión de la vida y la tradición con todos nosotros a través de la gastronomía y este fabuloso plato, la paella valenciana. Y también damos las gracias al Ayuntamiento de Sueca, organizador del evento, y al Comité Organizativo del Concurs Internacional de Paella Valencia por su interés en la expansión de sus costumbres y tradiciones.

 

 
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